AAPM EXIGE QUE LA ANMAT SANCIONE EL OBSEQUIO DE MUESTRAS GRATIS DE IBUPIRAC EN LAS ESTACIONES DE SUBTE

La Asociación de Agentes de Propaganda Médica exige la inmediata intervención de la autoridad sanitaria ANMAT para que adopte una sanción ejemplar con el laboratorio Pfizer por distribuir muestras gratis de su medicamento Ibupirac en las estaciones de subterráneo Diagonal Norte y Nueve de Julio, cometiendo una flagrante violación de las leyes vigentes sobre la venta y promoción del medicamento. La distribución de muestras gratis de medicamentos es un peligro para la salud pública como debería ponderar cualquier funcionario de la ANMAT. Y además constituye una violación en especial de la Ley 17.565 de diciembre de 1967 que prohíbe la dispensa callejera de medicamentos y de la Ley 26.567 de diciembre de 2009 que impone el expendio de medicamentos exclusivamente a través de las farmacias. El laboratorio Pfizer repartió muestras gratis de su medicamento sin ningún criterio sanitario y poniendo en peligro la salud de la población, tal como constató y denunció el Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal (COFyBCF) durante la primera quincena de septiembre.
La AAPM recuerda que ya en enero de 2014 denunció ante la ANMAT que el laboratorio Bayer había distribuido muestras gratis de su medicamento Actron 400 entre los participantes de la Maratón Internacional de Buenos Aires.
Como en aquella oportunidad la ANMAT no atendió las denuncias de la AAPM y del colegio profesional farmacéutico, no es casual que ahora otro laboratorio recurra a esta aberrante práctica publicitaria, a sabiendas que existen criterios laxos – o directamente no existen- para quienes violan las normas sanitarias incluso de forma tan grosera en la vía pública.
La peligrosa actitud de la ANMAT de ignorar las denuncias de la AAPM y de los colegios profesionales es el caldo de cultivo para que se repitan sistemáticamente estos abusos y que la publicidad medicamentosa sin rigurosidad científica abrume a los consumidores desde la televisión y las marquesinas callejeras. Para estos laboratorios no hay diferencia entre un medicamento y un caramelo y así lo expresan cuando reparten muestras gratis en las calles o estaciones de subterráneo violando las leyes vigentes sobre la prohibición de repartir productos farmacéuticos en la vía pública dictadas por vuestro organismo.
En el caso de Pfizer, el laboratorio quiso enmascarar su promoción publicitaria con la presencia en el stand montado en la estación de subterráneos de una supuesta médica recién diplomada que para el caso se reconvirtió en una promotora similar a las que repartían folletería a pocos metros del lugar en el pasaje subterráneo Obelisco con ofertas de celulares o empanadas. Esa médica o promotora conchabada por Pfizer además de repartir muestras gratis estaba alentando la automedicación y nos preguntamos si la ANMAT tiene algo que decir sobre las abrumadoras campañas publicitarias en medios audiovisuales que alientan la automedicación entre los argentinos.
No es casualidad que Pfizer haya instalado un stand de promoción de Ibupirac en el subterráneo de Buenos Aires en momentos en que la publicidad de su producto con la imagen del ex futbolista Gabriel Batistuta se repite desde la mañana a la noche en la mayoría de los canales de televisión, ofreciendo un alivio milagroso para el dolor de cintura. Siempre estos avisos ofrecen curas “milagrosas” como nos tiene acostumbrado también Marley con Next , pues si no hay milagro no hay mensaje publicitario cautivador por el público.
Sin embargo y tal como hemos denunciado en reiteradas oportunidad ante vuestra administración, la ANMAT no debería dejarse cooptar por la publicidad de los laboratorios de venta libre como parece que viene ocurriendo desde hace varios inviernos, pues no se entiende de otra manera que las violaciones éticas de la promoción del medicamento no hayan encontrado respuestas de vuestra parte.
Estos son los riesgos de dejar a los laboratorios que se autoregulen en materia de promoción publicitaria del medicamento y las resoluciones dictadas por la ANMAT son como papeles mojados cuando los laboratorios exceden todos los límites, como acontece ahora con Pfizer. La publicidad de Pfizer con Batistuta se ha instalado en los medios desde hace al menos un mes y no nos parece inocuo que ahora se traslade a la vía pública en una concertada operación de promoción mediática.
La AAPM espera que se adopten medidas ejemplares para desalentar este tipo de promociones, que de prosperar, constituirán un grave riesgo para la salud. Imaginamos que de no adoptarse medidas ejemplares como solicitan también nuestros colegas farmacéuticos- podemos encontrarnos en un futuro cercano con una epidemia de Actron, de Ibupirac y otros medicamentos de muestra gratis repartidos en los estadios de fútbol, en las competencias atléticas o en de la Feria Internacional de Libro, donde en los últimos años hemos percibido una incipiente campaña publicitaria de la industria de fármacos de venta libre. Como profesionales de la salud sabemos del riesgo que implica consumir un medicamento sin indicación de un médico y por eso coincidimos con la denuncia del colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Ciudad de Buenos Aires que es inadmisible la entrega de medicamentos sin ningún control y sin ninguna indicación médica. Pfizer ahora, como antes Bayer, cometieron las siguientes violaciones:
1. Entregar medicamentos fuera de farmacias,
2. Repartir muestras gratis fuera del consultorio del profesional médico
3. Que no se informe de los posibles efectos secundarios de su uso.
Esta práctica no contribuye a fomentar el uso racional de los medicamentos bajo la premisa que los medicamentos no son inocuos y por lo tanto no deben ser entregados en la vía pública y sin las condiciones higiénicosanitarias. Así también, desde nuestra entidad profesional coincidimos con el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos en reclamar "medidas ejemplares para desalentar este tipo de prácticas".
Prácticas que son fomentadas por los laboratorios en un contexto de creciente degradación de la promoción ética del medicamento y de permisividad de los canales de comercialización. Por un lado, los laboratorios están forzando la eliminación de las leyes de profesionalidad de los agentes de propaganda médica para poder ingresar libremente a los consultorios y centros de salud con la finalidad inconfesable de ofrecer “estímulos” para la receta médica. Por otro lado existe una presión política sobre el poder judicial para que se autorice el desembarco de cadenas de farmacias en la provincia de Buenos Aires y para que las sociedades anónimas y los fondos de inversión puedan ser propietarios de farmacias en el territorio bonaerense.
La principal cadena de farmacias en manos privadas, Farmacity, es la misma que durante años promocionó medicamentos en las góndolas de sus locales en la Ciudad de Buenos Aires en complicidad y asociación con la cámara de los laboratorios de venta libre, CAPEMVel.
La rentabilidad de las cadenas de farmacias es la primacía para sus accionistas. Y está demostrado que les resulta indiferente facturar medicamentos, golosinas o bandejas de comida para los oficinistas del microcentro desde las cajas registradoras de sus locales.
En esa confluencia de nefastos intereses que va desde un stand en el Pasaje Obelisco a la amenaza de Farmacity en la provincia de Buenos Aires, exigimos de las autoridades que hagan cumplir las leyes dictadas por la propia ANMAT. Es lo menos que se le puede exigir al organismo que dice cuidar la salud de todos los argentinos.


José Charreau
Secretario Accion Social APM