LOS VISITADORES MÉDICOS ACUDEN A LAS URNAS

Los visitadores médicos acudirán el 9 de septiembre a las urnas para decidir democráticamente y mediante un plebiscito si ratifican las leyes de profesionalidad o si se someten a la oferta patronal de cambiar salarios por flexibilización laboral, como proponen las cámaras industriales desde hace un más de año para firmar la paritaria aún abierta de 2016.
Las tres cámaras empresarias del sector se han negado a firmar la paritaria porque quieren las manos libres para violar las leyes que rigen la profesión de los visitadores médicos, a cambio de un incremento salarial.
Esas leyes de Profesionalidad no son un capricho de los agentes de propaganda médica (APM) sino que evita que los médicos y los propios agentes de propaganda médica sean sometidos a un trato servil y extorsivo por parte del personal jerárquico de los laboratorios que, precisamente para evitar esas situaciones apremiantes, tienen suspendidas las matriculas profesionales por disposición del Ministerio de Salud mientras ocupen cargos de dirección y supervisión.
La Asociación de Agentes de Propaganda Médica ha resistido y resiste esa pretensión patronal y ratifica que los supervisores tienen la matrícula profesional suspendida por las leyes vigentes, precisamente para evitar que presionen al médico con prácticas NO ETICAS de promoción del medicamento, que los visitadores médicos deberían aceptar como cómplices silenciosos. Las cámaras empresarias apelan al argumento infantil de que sus supervisores deben estar habilitados para ingresar a los consultorios médicos, pero no para “promocionar”, prometen. En realidad con ese argumento mendaz los laboratorios quieren asegurarse que se cumplan sus políticas de marketing, incluso aquellas que violan las leyes de profesionalidad y que regulan la promoción médica.
Y así lo ha entendido un reciente fallo de la Cámara del Trabajo de la Provincia de Tucumán que ratificó el artículo 4 de la Ley 5.962 y su respectiva reglamentación, que establece como requisito indispensable poseer la matrícula habilitante para ejercer la actividad de Agentes de Propaganda Médica, otorgada por el Ministerio de Salud y los ministros de salud provinciales. La modificación de las leyes de profesionalidad excede por completo la materia de discusión de una paritaria en el ámbito del Ministerio de Trabajo y es una actitud extorsiva pretender que los visitadores médicos renuncien a la profesionalidad a cambio de un salario.
La insistencia de las cámaras patronales en negarse a firmar la paritaria si no se autoriza la "supervisión" de la tarea diaria de los visitadores médicos, dispara diferentes especulaciones sobre la verdadera razón de la presión empresaria para modificar un punto inmodificable del convenio colectivo de trabajo.
¿Razones laborales?.¿Desconfianza en el personal calificado y capacitado de cada empresa?. ¿Proponer o sugerir mecanismos de promoción?. ¿Fisgonear la relación entre el agente de propaganda médica y el médico?.
Nada de eso. El objetivo inconfesable es derribar la barrera ética que los visitadores médicos han construido durante décadas con su persistente prédica contra las prácticas ilegales de la industria, en Argentina y en el resto del mundo.
Los supervisores quieren ingresar a los consultorios médicos sin testigos molestos como son los visitadores médicos para poder “incentivar” a los médicos para que receten sus productos, con las manos libres.
Por eso, en una convocatoria histórica para los agentes de propaganda médica, los afiliados a la AAPM acudirán el 9 de septiembre a las urnas, para defender la ética, los convenios laborales y ratificar que no solo se trata de “promocionar”, pues el medicamento es un bien social.